Es la casa de la anónima señora María que, sin querer, se ha ido haciendo conocida en el barrio, ya que cada Navidad transforma su vivienda y la convierte en un hermoso árbol navideño.
Los niños del sector se detienen a observar embelesados la cascada de luces que se desparrama desde el techo junto a decenas de muñecos y pascueros que asoman por los ventanales.
Durante varios días permanece esta hermosa y singular decoración que cada noche congrega a muchos visitantes y transeuntes que por un momento se sumergen en esta fantasía navideña.
Los niños del sector se detienen a observar embelesados la cascada de luces que se desparrama desde el techo junto a decenas de muñecos y pascueros que asoman por los ventanales.
Durante varios días permanece esta hermosa y singular decoración que cada noche congrega a muchos visitantes y transeuntes que por un momento se sumergen en esta fantasía navideña.
Un reconocimiento a la señora María, especialmente por los niños.
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